viernes, 22 de julio de 2011

El líder creativo y la inteligencia emocional

El líder creativo y la inteligencia emocional



 El desarrollo de la inteligencia emocional y de las habilidades para la creatividad incrementa el potencial del individuo al favorecer la conexión entre pensamiento, emoción y cuerpo”.[1] Un líder creativo necesita la inteligencia emocional para guiar su equipo al éxito.  ¿Por qué?  Porque necesita transmitir a otros su energía, pasión y entusiasmo, y esto se hace posible si es capaz de tener conciencia de sí mismo (autoconocimiento), es capaz de visualizar sus metas y de auto motivarse.  “Nadie es capaz de motivar a otros si no es capaz de mostrar entusiasmo”[2],  esto se logra a través de la expresión facial, el tono de voz y la expresión corporal. 

 La inteligencia emocional permite al líder ser transparente, expresar abiertamente sus creencias y sentimientos, ser flexible, tener iniciativa, se optimista, reconocer las emociones de los otros y dirigirlas hacia el logro, ser un receptor sensible, escuchar de forma activa y expresarse asertivamente.  Por ser emocionalmente inteligente, el líder puede conocer a los miembros de su equipo y, poniendo en práctica su creatividad, alinear la visión común para lograr el desarrollo y crecimiento grupal e individual.



En conclusión diremos que el conocimiento emocional del docente es fundamental para el aprendizaje y el desarrollo de estas competencias en los alumnos porque el profesor se convierte en un modelo de aprendizaje  a través del cual el alumno aprende a razonar, expresarse mejorando continuamente en la  comunicación con los que le rodean, y regula todas las incidencias y frustraciones que transcurren durante el proceso de aprendizaje en el aula.

El desarrollo de las habilidades de inteligencia emocional en el profesorado no sólo servirá para conseguir alumnos emocionalmente más preparados, sino que ayudará al propio profesor a adquirir habilidades de afrontamiento. De este modo, los docentes emocionalmente  inteligentes, con una mayor capacidad para percibir, comprender y regular las emociones propias y la de los demás, tendrán los recursos necesarios para actuar   positivamente en sus actividades con eficacia y eficiencia, logrando  tener mejor calidad de vida, afrontar mejor los eventos estresantes de tipo laboral y manejar más adecuadamente las respuestas emocionales negativas que surgen en las interacciones que mantienen con los compañeros de trabajo, los padres de familia y los propios alumnos. A partir de ser emocionalmente inteligente disminuirá el desgaste psicológico que implica los problemas diarios y facilitará nuestra tarea en el aula y,  disfrutaremos de nuestra tarea tan fascinante como es enseñar a los demás.



[1] Lilian Dabdoub,  Soluciones Creativas y asociada del Creative Problem Solving Group-Buffalo,
[2] Dabdoub, Lilian (2002).  Liderazgo creativo con inteligencia emocional., 2004

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